Nombre: Rocio Sevillana
Lugar de la experiencia: en su piso, frente a Los Arcos
Fecha de la experiencia: hace unos dos años
Tarifa contratada: 80 € / media hora
Duración real del servicio: menos de 25 minutos.
Anuncio:
https://www.lujosevillano.com/
Físico: es una de las jacas de referencia en la ciudad. Todo grande: culo, tetas, piernas. Morenaza 100% andaluza. Cara atractiva con unos ojos negros de impresión. Pero...
Francés: muy bueno. Caliente y con mucha saliva. Natural y hasta el final. Pero...
Griego: sé que lo hace pero a mí nunca me ha dejado.
Besos: algunos pero no muchos.
Folleteo: correcta y poco más.
Recomendable: sí. Pero...
Para repetir: no (ya no).
Implicación: 6
Conocí a Rocio hará ya más de 7 años y reconozco que me impactó. La ví por primera vez embutida en un mono de látex que te cortaba la respiración. En aquel momento todo en ella era natural y eso era lo más sorprendente: era impresionante ver como esos descomunales melones se sostenían y acompañaban a ese cuerpo infartante. Cuando llegabas te duchabas con ella, enjabonamiento mutuo y luego a la cama, donde te demostraba lo loba que era.
Pero con el tiempo la cosa cambió...
Con el paso de los servicios te dabas cuenta de que casi siempre hacía lo mismo, que su conversación es bastante artificial (le importas bien poco) y que es algo teatrera. Aunque la magia se iba diluyendo siempre resaltaba su voluptuosidad (perdón por la pedantería). Hasta hace un par de años. En una fría mañana de invierno, me dejó tirado sólo porque llegué 4 minutos tarde. Incluso llamé con tiempo para advertirlo, y la señora que le coge las llamadas me despachó con bastante desprecio. Qué penita pena: 30 minutos más tarde se la estaba metiendo a una rusa.
El caso es que pocas semanas más tarde volví a intentarlo, esta vez con más éxito. O no: la niña se había operado todo: culo, tetas, labios... y sí, puedo entender por qué lo hizo. La edad y sobre todo la gravedad no perdonan, y si quieres mantenerte en este negocio con tantas niñas y tanta competencia pues tuvo que hacerlo. Visualmente el resultado es bueno: sigue luciendo como el pedazo de señora que es... pero lo blando y achuchable ahora es duro, un maquillaje razonable ahora es un andamiaje de pestañas, uñas y más pintura que una puerta. Y el servicio, sin ser malo, ha dejado de valer lo que pide: te recibe muy simpaticota a la entrada pero ya no hay ducha, es algo mecánica aunque sigue moviéndose bien, pero desde luego se nota que una vez acabado el polvo está deseando que te largues.
Por 80 € la media hora, 100 € los 45 minutos y 130 € la hora... la cosa debería estar mucho mejor. Yo no he vuelto en dos años largos y no creo que lo haga habiendo opciones mucho mejores en Sevilla. Puntualización: si no la conoces y te gustan las jamonas es de obligación hacerle una visita, aunque sea una vez. Luego ya...