Nombre: Cristina
Nacionalidad: Española, andaluza.
Lugar de la experiencia: en Palomas.
Fecha de la experiencia: hace poco.
Tarifa contratada: 80 € / 30 minutos.
Duración real del servicio: Tal vez unos minutillos más de esos 30 minutos, pero no muchos más.
Anuncio:
https://casapalomas.es/cristina-sevillana/
Físico: de teen. Muy jovencita, delgada con cuerpo bonito, estatura media y melena larga y morena. Yo diría que unos 23-24 años.
Cara: resultona sin ser un bellezón. Una chica normal de barrio: no destaca pero por su juventud si se deja, tú ahí que vas.
Francés: bien sin más, agradable. Suave, ensaliva y usa la lengua. No es capaz de hacer un garganta profunda. De ningún modo hasta el final.
Griego: no creo que ese culito pudiera ensancharse. Sólo su novio lo sabe porque el resto nanay.
Besos: apenas. Dos y piquitos. Se ve que no le va.
Fuma: ni idea.
Folleteo: da la talla. Se ve que todo lo que no hace con la boca sí que lo hace con lo de abajo. Es variada.
Recomendable: vale la pena probarla.
Lo mejor: su juventud y que intenta agradar todo el rato.
Lo peor: le falta experiencia o tal vez no quiera dar en el trabajo lo que sí le da al Jonathan de la moto.
Para repetir: en mi caso probablemente no, pero nunca se sabe.
Implicación: 7.5
Valoración: 7
Veo que han hecho una renovación completa de catálogo (por lo menos lo que se muestra en la web) y que ahora hay cuatro niñas nuevas: Raquel, esta Cristina, Rocio y una tal Jessica. Una estaba ocupada, una no estaba y las otras dos eran Cristina y alguna de las otras pero ahora mismo no recuerdo cuál. Subo con la susodicha.
Tras lavado de bajos propios, tiro para el catre donde ella me espera. Limpita, suave, huele bien, sabe bien. Lo que es por la niña en sí uno no se puede quejar. Me tumbo boca arriba y la cosa empieza con una limpieza de sable bastante correcta. El 69 fue muy bueno en el sentido de que es espléndido meter la lengua en lo rosa mientras acaricias esa figura juvenil. Después de ponerme el condón me cabalga un buen rato mientras puedo ver esas tetitas botando. En el trasiego, con los cambios de postura, intento cazar algún beso con éxito un poco limitado. Ella intenta agradar siempre, complaciente (dentro de sus límites, claro), sonriente… después de darle un rato a cuatro patas, me tumbo para que ella me termine la faena con la boca. Cuando estoy a punto le aviso y me termina con la mano. Es lo pactado.
Fin